
Las proteínas son los ladrillos del cuerpo: forman parte de los músculos, huesos, piel, cabello, uñas y muchas hormonas y enzimas.
Sin ellas, el organismo no puede crecer, repararse ni mantenerse fuerte.
Son moléculas formadas por aminoácidos, algunos de los cuales el cuerpo no puede producir y deben obtenerse a través de los alimentos (aminoácidos esenciales).
Animales: carne, pescado, huevos, leche y derivados (yogur, queso).
Vegetales: legumbres (lentejas, garbanzos, soja), frutos secos, semillas, cereales integrales, tofu o tempeh.
Lo ideal es combinar fuentes vegetales y animales para lograr un aporte completo.
La ingesta de proteínas recomendada depende de tu estilo de vida, edad y situación específica.
A continuación se muestra una guía aproximada:
Recuerda que 100 g de pechuga de pollo aportan alrededor de 22 g de proteína, 2 huevos unos 14 g, y 100 g de lentejas cocidas alrededor de 9 g.
Durante esta etapa, el cuerpo femenino experimenta cambios hormonales que favorecen la pérdida de masa muscular y ósea.
Aumentar ligeramente el consumo de proteínas (1,2–1,5 g/kg/día), junto con ejercicio de fuerza y suficiente calcio y vitamina D, ayuda a mantener la masa muscular, el metabolismo y la salud ósea.
En nuestro centro médico radiológico contamos con un escáner DEXA que permite medir con precisión tu composición corporal: porcentaje de grasa, masa magra y densidad ósea.
Este análisis te ayuda a personalizar tu ingesta de proteínas según tus objetivos de salud y rendimiento.

